SE SOBREPUSO A SUS MOLESTIAS EN EL TOBILLO

Ronaldinho: “Vuelvo a estar al cien por cien”

El jugador dejó el campo de entrenamiento con el tobillo protegido para rebajar la inflamación

Ronaldinho está feliz por poder realizar una pretemporada con normalidad, pese a estar ligeramente tocado

Ronaldinho se está saliendo en la gira asiática. Dado su buen rendimiento, no es de extrañar que el jugador declarara que se sentía “muy contento con la evolución que hemos tenido en este partido. Estoy mejorando día a día, como todos. Estoy satisfecho de poder participar con mis compañeros”. Preguntado sobre su adaptación al ‘tridente mágico’, Ronaldinho señaló que “me he sentido muy bien jugando con Eto’o y Henry. Son jugadores de mucha calidad e inteligentes. Es muy fácil jugar a su lado”.

El brasileño destilaba felicidad por los cuatro costados y no sólo por jugar junto a Eto’o y Henry, sino también para hacerlo con Giovani dos Santos, de quien dijo que “es fantástico ver a un jugador tan joven, de tanta calidad. Espero ayudarle en lo que pueda y que disfrute al máximo con nosotros”.

De sus molestias en el tobillo señaló que se encontraba bien y “sólo me molesta un poco. Voy a tratar de recuperarme bien”. Su dolencia no es relevante y no tuvo que forzar para jugar por los contratos firmados por el Barça. Ronaldinho explicó que “cuando empieza el partido no me siento condicionado. El balón me hace olvidar el dolor y vuelvo a estar al cien por cien, contento y feliz”.

Por la mañana rebajó con una bolsa de hielo la inflamación

Los jugadores del Barça se ejercitaron por la mañana en una sesión en la que participaron todos los desplazados a Japón, a excepción del lesionado Belletti. El entrenamiento acabó con todos los futbolistas sudando la gota gorda y un Ronaldinho que abandonó el terreno de juego con una abundante bolsa de hielo en el pie.

Por la tarde se comprobó que el tratamiento había dado buen resultado y el jugador brasileño estuvo excepcional. El principal enemigo por la mañana fue el termómetro y el intenso calor. El equipo trabajó a 38,5 grados con, por fortuna, sólo 35 por ciento de humedad. El sofoco era prácticamente insoportable.