Scheisse 2.0: Gran lección al líder

ESPANYOL, 2 - REAL MADRID, 1

Ganó el mejor, el Espanyol. El Madrid decepcionó en Montjuïc. El líder cosecha la primera derrota y los locales ya llevan cuatro partidos sin perder.

El golazo de Tamudo acabó de hundir al Madrid

MÁS INFORMACIÓN

Juan Carlos Gracia

El Espanyol logró anoche su cuarta victoria consecutiva en el campeonato liguero que confirma sus aspiraciones europeas. Aún es pronto para hacer un balance exhaustivo, pero estamos ya en la octava jornada y los pupilos de Valverde siguen en posición de UEFA pero ya sólo a un punto de la cuarta plaza, que ocupa el Barcelona tras su derrota en Villarreal. El Madrid sigue líder, pero anoche perdió algo más que tres puntos. La imagen que transmitió fue lamentable.

El Espanyol tuvo el mejor inicio de partido posible. El deseado, sin duda, por todos los españolistas. Primer minuto y gol de Riera. En la primera acción ofensiva del encuentro se ponía por delante en el marcador, en una jugada a balón parado. El Madrid se quedó petrificado. No se lo podía creer. El mérito del tanto debe repartirse a partes iguales entre el excelente lanzamiento de esquina de Luis García y, claro, el perfecto cabezazo de Riera, que pillaba despistado a Sergio Ramós en la acción; pero no debemos olvidarnos que la jugada la provocó Valdo. Y es que el Espanyol volvió, una vez más, a rentabilizar el excelente ramillete de futbolistas de ataque que ha reunido en su plantilla. Tienen tanta calidad que en un momento determinado pueden decantar un resultado.

El conjunto de Ernesto Valverde ha tenido un arranque de competición magnífico. Se encuentra ubicado en zona europea por méritos propios. Y como se demostró anoche son muchas las virtudes que atesora el equipo blanquiazul. Pasó por encima de unReal Madrid que llegaba a Montjuïc con dudas en su juego pero avalado por los resultados conseguidos en las siete jornadas. El equipo de Schuster cosechó en el Estadi Olímpic la primera derrota de Liga. Y no podrá oponer nada al triunfo local. El Espanyol fue mejor. Se defendió mejor, presionó más y estuvo más acertado en el remate.

El gol de Albert Riera marcó la pauta del encuentro. El 1-0 permitió a los españolistas jugar con más seguridad y convencimiento, pero el equipo de Valverde no especuló echandose atrás y montando un ‘cerrojazo’. Presionó con mucho orden y efectividad, pero siempre lejos del área de Kameni, buscando la verticalidad cuando recuperaba el balón. Quizás, incluso, le faltó un poco más de tranquilidad para pillar al rival desubicado, pero siempre es mejor pecar por ser valiente.
El Real Madrid no supo que hacer. El líder decepcionó claramente en su visita a Barcelona. El conjunto de Schuster llegó a Montjuïc como líder y vuelve a Madrid manteniendo la posición pero viendo como Villarreal y Valencia están a sólo un punto. Nunca estuvo cómodo en el terreno de juego. No transmitió la sensación de tener controlada la situación e,
incluso, no existió en ataque, ya que Kameni tuvo una de las actuaciones más cómodas de la temporada. Fue un Madrid miedoso, con dudas en defensas, sin línea de creación y sin capacidad de pegada arriba.

El ritmo de encuentro que le puso el Espanyol fue demasiado exigente para los madridistas.No existió Guti, no se vio a Raúl. Cannavaro y Metzelder no sabían como sujetar a Tamudo y Schuster prácticamente no se levantó del banquillo, viendo las evoluciones de sus pupilos con una cara de mosqueo tremendo. No era para menos. Y es que los madridistas pudieron salir con una goleada de esas que hacen daño.

Si el tanto de Riera fue importante porque fortalecía a los locales; el golazo de Tamudo también tuvo un valor psicológico tremendo. Fue la puntilla que necesitaba el encuentro para decantarse totalmente a favor del Espanyol. El golito del capitán, tuvo una sangre fría para levantar el esférico por encima de Casillas, llegaba en los primeros compases de la segunda parte, cuando existía cierto temor ante una posible reacción de los madridistas. La asistencia al capitán salió de las botas de Valdo, que también ha entrado en su dinámica muy positiva.

El 2-0 confirmó la superioridad españolista y dejaba definitivamente al rival fuera del partido. Era el mazazo final. Montjuïc se convirtió en una fiesta, ninguno de los miles de ‘pericos’ que estaban en las gradas dudaban ya del triunfo. Se empezaron a oir los primeros oles del público para celebrar las acciones de los jugadores blanquiazules. Y es que el resultado final, no lo duden, pude ser más abultado. Con el Madrid roto, el Espanyol pudo lograr dos o tres goles más y acabar con un marcador de escándalo. Pero fue, curiosamente, el conjunto madridista el que maquilló el resultado final con un gol de Sergio Ramos justo en el minuto noventa, en un lanzamiento de córner. Un tanto que únicamente sirvió para dar emoción a los tres minutos de prolongación que había señalado el colegiado.

Schuster tiene mucho trabajo por delante si, de verdad, quiere construir un proyecto ilusionante tanto en resultados como en juego. Y faltará ver si Calderón se lo concede. Valverde puede estar mucho más tranquilo estos días. Su proyecto es sólido y no hace más que mejorar con el paso del tiempo. Ya se sabía que tenía pegada, pero es que ahora defensivamente se ha fortalecido. El Espanyol está a un solo punto de la Champions League por méritos propios. Es un equipo que engancha, que hace soñar al españolismo.

Ficha técnica:

Espanyol: Kameni; Zabaleta, Torrejón, Jarque, Clemente, Moisés, Smiljanic, Valdo, Luis García (Jonatas, min.8, Riera (Lacruz, min.92) y Tamudo (Jonathan Soriano, min.84).

Real Madrid: Casillas; Ramos, Cannavaro, Metzelder, Marcelo, Diarra (Gago, min.85), Guti, Higuaín (Soldado, min.74), Raúl, Sneijder (Drenthe, min.61) y Van Nistelrooy.

Goles: 1-0: Riera, min.2. 2-0: Tamudo, min.53. 2-1: Sergio Ramos, min.90.

Árbitro: Texeira Vitienes (Colegio Cántabro). Mostró cartulina amarilla a Van Nistelrooy (min.31), Zabaleta (min.40), Guti (min.86) Sergio Ramos (min.87) Jonathan Soriano (min.94).

Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de Liga disputado en el Estadio Olímpico Lluís Companys ante 36.250 espectadores, la mejor entrada de la temporada.