Tres años de Leo Messi

HOY SE CUMPLEN TRES AÑOS DE SU DEBUT OFICIAL

Tres años de Messi. Tres años que le han dado para mucho. Debut, consolidación, títulos, Mundiales... Con 20 años, el futuro es suyo

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David Salinas/Jorge López

D omingo 16 de noviembre de 2003. La Europa futbolística está jugándose la clasificación para la fase final de la Eurocopa de Portugal 2004 y el FC Barcelona acude con un equipo plagado de reservas a Oporto para inaugurar el estadio Do Dragao. Debido a las ausencias de los internacionales barcelonistas (también había lesionados) a tierras lusas acude el ‘baby’ Barça. En las filas del equipo, comandado por Frank Rijkaard, destaca el joven Lionel Messi, que cuenta con 16 años, 4 meses y 23 días. El chaval tuvo su oportunidad, como todos los que viajaron salvo el meta Ginard, que no se movió del banquillo. Messi fue el tercero en salir. Lo hizo en el minuto 74 por Navarro. Lució el dorsal ‘14’. Pese a la derrota (2-0), el argentino dejó muy buenas sensaciones. Asomaba un crack.

El delantero no volvió a tener más presencia en el primer equipo esa temporada (2003-2004). Tuvo que esperar a la siguiente para volver a saborear nuevamente la sensación de estar con los mayores. Hizo la pretemporada 2004-2005 con el primer equipo, alineándose en cinco partidos amistosos (Banyoles, Figueres, Palamós, Hércules y Kashima Antlers) y marcando dos goles.

Su debut oficial estaba al caer. Después de jugar un nuevo amistoso en Marsella, ante el Olympique (fue titular) el jueves 7 de octubre, llegó el gran momento. El sábado 16, en Montjuïc, Messi hacía realidad un sueño largamente perseguido: debutar oficialmente con el primer equipo del FC Barcelona.

No tuvo una gran participación, pero fue el primer paso hacia el estrellato. Hoy hace tres años, el delantero argentino ponía los pies en una senda que le ha llevado a conocer lo más bonito y agradable en el mundo del fútbol, como son los títulos, los aplausos, los méritos... Pero también le ha llevado a conocer la cara oscura: lesiones, decepciones, derrotas dolorosas...
En cualquier caso, su aparición fue como un soplo de aire fresco, una puerta abierta a la esperanza, a un futuro ilusionante, como así ha sido.

Lo exhibido por Messi en su primera campaña fue premonitorio de lo que estaba por llegar. Y la verdad es que no ha decepcionado. El argentino ha brillado con luz propia desde entonces y, lo más importante, su estrella no tiene visos de apagarse. Justamente todo lo contrario.