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sábado, 24 de noviembre de 2007

El campeón del mundo no dudó de su capacidad y le dedica el triunfo a todos los salvadoreños

Final Copa del Mundo
"Me tenía fe, sabía que podía ser"
Claudio Martínez (Enviado Especial a Dubai, Emiratos Árabes) / Varinia Escalante
Sábado, 24 de Noviembre de 2007
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Jiménez en lo más alto del podio, junto a los reconocimientos que le entregaron tras obtener la medalla de oro, en la final del Mundial de Tiro con Arco, disputada en Dubai, Emiratos Árabes. Un primer lugar que lo acredita como campeón del mundo. FOTO EDH / CLAUDIO MARTÍNEZ

P
or primera vez, su esposa Paty lo acompañó a una gran cita deportiva. Y no podía ser nada más y nada menos que a la mejor de todas. De gran manera, en Dubai, Emiratos Árabes, ella estuvo presente con él en ese gran momento.

Cuando terminó la competencia, y Jorge sabía que era el campeón del mundo, se abrazó con esa mujer que ha estado junto al salvadoreño en las buenas y en las malas.

Se fundieron en un abrazo llenos de júbilo, con infinita felicidad e infinito gozo. Y ninguno de los dos pudo evitarlo: lloraron de alegría.

Como lo hizo durante toda la competencia, la señora de Jiménez rezó en todo momento por su esposo. Lo alentó desde la tribuna, estuvo animándolo durante toda la final. Valió la pena.

Pero no sólo su esposa lo felicitó. Al concluir la competencia, cada uno de los arqueros, con excepción del estadounidense Braden Gellenthien, corrieron a felicitarlo.

Además, si el rostro del cuscatleco ya había figurado en la televisión en estos días previos, desde ahora será más conocido. Tras colgarse el oro, lo entrevistaron de todas las televisoras de la región. Su primer lugar tenía que ser conocido por todos.

En sus primeras palabras, Jorge no pudo contener su satisfacción. No dudó de que lo que había logrado hacer hasta hoy, en las cuatro fases anteriores (Ulsan, Varese, Antalya y Dover), tenían un significado que ahora lo consagraba como el más grande del tiro con arco masculino modalidad compuesto.

"Me tenia fe, sabía que podía ser. El haber llegado a la final ya estaba bien, pero ganarlo es lo máximo", expresó un sincero Jiménez.

Dentro de los reconocimientos, también al salvadoreño le entregaron un cheque por $20 mil, el trofeo que lo acredita como campeón del mundo y un reloj. Bien merecido todo. Un premio al sacrificio y al esfuerzo de un deportista de elite y calidad como Jorge.

Al final, Jiménez le dedicó el título a todo el país. Sabe que su dicha y su gloria pertenece a todo un pueblo, a todo El Salvador.

"Qué felicidad tan grande, eso va para todos los salvadoreños. Este título es para ellos", manifestó un notable señor del tiro con arco. Un Jorge Jiménez histórico. El mismo, el campeón mundial.

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