La sequía no es solo de agua
Le pusieron más voluntad que nunca. Corrieron más que nunca. Incluso jugaron bien en algunas fases del partido. Pero de cara a portería, nada de nada. La sequía que afecta a Catalunya, también castiga al Barça
Messi sólo pudo aguantar 60 minutos
Frank Rijkaard afrontó uno de los partidos más importantes de la temporada, pegando a Iniesta a la banda izquierda y poniendo como titular a un Deco que llevaba un mes y medio sin pisar un terreno de juego. Además, Márquez, también con muy poco ritmo, compartía el centro de la defensa con Milito ante la ausencia por sanción de Puyol. La presencia de Deco y Márquez, a pesar de no estar ni mucho menos al 100 por 100, ya dejaba claro que el técnico o tiene poco por escoger o confía poco en una parte de su plantilla. Sea como sea, y sea o no él el entrenador la próxima temporada, queda claro que la "clase media" de esta plantilla necesita una renovación.
En el lado contrario, Ferguson 'asustaba' con un equipo más ofensivo de lo previsto, con Parker, Cristiano Ronaldo, Rooney y Tevez. A la hora de la verdad, sin embargo, el técnico dispuso un planteamiento bastante defensivo. Sabedor de las dificultades que tiene el Barça para meter un gol, el técnico prefirió juntar líneas, resguardarse y a verlas venir.
El partido comenzó con un guión doblemente no previsto. En el primer minuto, penalty a favor del Manchester por unas claras manos de Milito dentro del área a la salida de un córner. Pero Cristiano Ronaldo mandó el balón fuera, a pesar de engañar a Valdés. Susto grande para el Barça y golpe duro para el Manchester.
En los minutos siguientes, el Manchester aguantó el tipo y tuvo el control del balón, pero poco a poco fue el Barça quien se hizo con el dominio. No se habían cumplido ni 15 minutos y el Barça ya había protagonizado tres jugadas muy parecidas, con pases de la 'muerte' de Messi, Iniesta y Eto'o que no encontraron rematador. Los blaugrana jugaban bien, corrían como nunca pero, también como siempre, tenían más que mojada la pólvora.
Y es que en estos primeros 45 minutos, de ocasiones de gol, el penalty de Cristiano Ronaldo y muy poco más. Por el Manchester, nada más. Y por el Barça, 'semi' ocasiones. Una falta lanzada por Xavi que Márquez no pudo 'peinar' por muy poco (20'), un centro de Abidal que no encontró rematador (22') y una falta lanzada por Deco que dio en un defensa y Van der Sar pudo detener (37'). Muy poco premio para el esfuerzo del equipo.
MESSI NO AGUANTA MAS
El segundo tiempo comenzó con más ritmo. A los cinco minutos, Zambrotta ya había obligado a Van der Sar a mandar a córner un balón envenenado y Eto'o había fallado otro pase de la 'muerte' hacia Messi. Y en el 6', una de las mejores ocasiones blaugrana: excelente combinación Messi-Iniesta y el balón que cae a los pies de Eto'o, que dispara al lateral de la red de la portería del Manchester.
Llegados a los 15 minutos, Messi empezó a notar que su musculatura fallaba y pidió el cambio, para dar entrada a Bojan. El guión no cambió. El Barça siguió dominando, pero sin acierto, y el Manchester se limitaba prácticamente a aguantar. Los de Rijkaard lo hacían todo, pero seguían sin ver portería. El problema es que el gran esfuerzo físico hecho, empezaba a hacer mella en los jugadores barcelonistas y el Manchester, aunque no hiciera nada, asustaba.
En el último cuarto de hora, Henry entró por un agotado Deco. Más pólvora para intentar un gol que sería milagroso. Lo pudo marcar en el minuto 37, pero el fuerte disparo del francés lo despejó con apuros Van der Sar. Y también lo intentó en el 43, con un lanzamiento directo de falta, que el portero del Manchester detuvo en una intervención "palomitera".
Y nada más. Un 0-0 que no es un mal resultado, entre otras cosas, porque deja las cosas abiertas para el partido de vuelta en Manchester. El Barça, probablemente, mereció más, como mínimo porque fue el único equipo que buscó el gol. Pero teniendo en cuenta que no es el primer partido que no se ve portería, tampoco podemos hablar de mala suerte. Todo se decidirá el próximo martes en Inglaterra. Y hará falta suerte...
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