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viernes, 17 de agosto de 2007

El exceso de celo de los controles enojó a Laporta

EL PRESIDENTE AZULGRANA SE ‘CRUZÓ’ EN EL FRANZ JOSEF STRAUSS AIRPORT DE MÚNICH


La Copa que se ganó en Múnich se vio envuelta en polémica

La Copa que se ganó en Múnich se vio envuelta en polémica



El regreso de Múnich se retrasó media hora porque Joan Laporta no estaba de acuerdo con el trato recibido

Las estrictas medidas de seguridad vigentes en los aeropuertos de todo el mundo no gustan a nadie. Y por lo que parece al presidente Laporta menos.

Si hace dos años ya protagonizó un serio incidente en el de Barcelona al quitarse los pantalones en uno de los arcos de seguridad, el pasado miércoles por la noche volvió a demostrar que esa zona de los aeropuertos la tiene realmente atravesada.

Todo ocurrió en el Franz Josef Strauss Airport de Múnich. El equipo regresaba del amistoso que había disputado contra el Bayern y en la zona de los arcos de seguridad los controles alemanes se mostraron muy celosos con las bolsas que llevaban los futbolistas. La cola se hacía eterna, no se avanzaba y los miembros de seguridad del aeropuerto examinaban todas y cada una de las bolsas que llevaban los cracks.

Hasta el punto de no permitir que pasaran las botellas que superaban los 100 ml que permite la legislación. A los controles poco les importaba que el pasaje fuese el Barça. Esto provocó que en un arranque de genio Laporta hiciera que todo el cuerpo técnico y los jugadores abandonasen dicha zona -los que ya habían atravesado los arcos tuvieron que volver sobre sus pasos- para que se les habilitara otra puerta de embarque en la que las medidas de seguridad fuesen más permisivas. Pero Alemania es Alemania y la rigidez es una de las máximas sea la puerta que sea.

El presidente se encontró con todo el equipo en medio de la terminal rodeado de aficionados alemanes y miembros de seguridad sin que se encontrara una solución. Laporta denunciaba un exceso de celo y las autoridades del aeropuerto muniqués decían que esas eran las reglas. Al final algunos de los jugadores, cansados de firmar autógrafos y de esperar a que se encontrara una solución que no llegaba decidieron volver a los arcos y sufrir los registros.

Joan Laporta no quiso bajarse del burro y negoció con los responsables hacer el embarque por una jardinera. Aún no sabemos las ventajas que el acuerdo ofrecía. Finalmente, después de esperar 30 minutos Laporta, Xavi, Belletti, Iniesta, Messi, Touré y Olmo entraron en el avión al que llegaron en jardinera entre los aplausos de los compañeros que les esperaban desde hacía rato. Este incidente provocó que el vuelo de regreso despegara con más de media hora de retraso.

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