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miércoles, 19 de septiembre de 2007

Messi, la estrella que más brilló

‘MATÓ’ AL OLYMPIQUE CON DOS ACCIONES DECISIVAS

Messi fue una auténtica pesadilla para la defensa francesa. Leo hizo lo que quiso y fue la figura de la noche

Messi fue una auténtica pesadilla para la defensa francesa. Leo hizo lo que quiso y fue la figura de la noche (foto: )

Ausente Eto’o, en plena puesta a punto Henry y un tanto apagado Ronnie, Messi puso la chispa que desequilibró.

La diferencia entre el Olympique de Lyon y el Barça, anoche, tuvo nombre y apellido, y esos no fueron otros que los de Lionel Messi. El delantero argentino desniveló el encuentro con dos acciones decisivas, una en cada tiempo, para asegurar un triunfo que era imprescindible para apaciguar los ánimos tras un arranque liguero a trancas y barrancas.

Frank Rijkaard había cuidado en los últimos días a Messi para la cita europea. Tal vez sabía que es, en estos momentos, su crack más en forma. De baja Eto’o, recuperando el tono físico Henry e intermitente Ronaldinho, Lionel es en estos primeros compases de la campaña el único delantero –con permiso de los jóvenes Bojan y Giovani– con la chispa necesaria para romper las defensas contrarias. No era cuestión, pues, de tensar la cuerda haciéndole jugar en Pamplona.

Los tres anteriores estrenos en la Champions de la ‘era Rijkaard’ se habían saldado con sendos triunfos frente al Celtic (1-3), el Werder (0-2) y el Levski (5-0), pero la falta de eficacia en ataque en la Liga habían sembrado cierta inquietud. Messi llegó a punto para la cita contra el Olympique para dar un respiro a sus compañeros hasta el sábado, cuando será el Sevilla el que visite el Camp Nou.

Leo empezó jugando por la banda derecha, aguantando el pegajoso marcaje de Reveillere y las tarascadas que el defensa galo y su compañero Belhadj le propinaban cada vez que intentaba girarse y encarar. Hasta que, pasados los veinte minutos, se cambió de banda y forzó una de sus diagonales. Clerc intentó cortar su centro y acabó engañando a su portero Vercoutre y marcando en propia puerta el 1-0.

Sus continuos cambios de banda volvieron a surtir efecto en el minuto 37. Esta vez, en la derecha. Deco recuperó el balón, envió sobre Ronaldinho que cambió el sentido del juego al otro lado para que Messi, en el área, recortara hacia dentro y disparara con la zurda. Clerc estuvo a punto de repetir desgracia, pero esta vez su despeje se fue a córner.

Nada más empezar la segunda parte, Leo volvió a asociarse otra vez con un compañero para ronda el gol. Fue tras una incursión de Xavi que tras aprovechar una asistencia de Ronnie se revolvió entre tres defensores en la media luna del área rival consiguió asistirle hacia la derecha, pero el disparo del argentino salió desviado esta vez.

Perrin ordenó que fijaran un poco más la marca sobre Leo y pareció que el peso de las operaciones recaería en las botas de los recién ingresados Iniesta y Giovani. Y de una combinación entre estos y Deco nacería el segundo gol... que lo remacharía el internacional argentino llegado desde atrás para aprovechar la asistencia de Andrés.

El de ayer era su tercer gol en la máxima competición continental y resultó tan valioso como el anterior, aquel 1-1 en Bremen del pasado año. El de anoche sirvió para ‘matar’ un partido que a esas alturas, minuto 82, seguía peligrosamente abierto.

Para entonces, Ronaldinho seguía las evoluciones del equipo desde el banquillo y encajó con semblante serio la celebración de Frank Rijkaard, que le dio la manos a todos los que estaban en la banda después de la sentencia de Leo.

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