Alonso vs Hamilton, un juego mental

ALAIN PROST ASEGURA QUE EL ENFRENTAMIENTO ENTRE AMBOS SE DECIDIRÁ POR PSICOLOGÍA

Josep Viaplana

Alain Prost, cuatro veces campeón del mundo de F-1, uno de los hombres míticos de la historia de la disciplina, cuyos duelos con el legendario Ayrton Senna fueron épicos, ha remarcado que la batalla entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton por el título se ha convertido más en una cuestión psicológica que de habilidad en la conducción.

El francés considera que él vivió una situación similar a la de Hamilton cuando fichó por McLaren en 1984 y se encontró luchando con Niki Lauda, quien ya había ganado dos títulos mundiales con Ferrari. "La situación de Niki entonces era similar a la que se encuentra Alonso ahora", ha señalado Alain Prost. "Yo era joven, rápido y acababa de llegar; Niki ya era toda una estrella. A diferencia de Fernando, Lauda ya llevaba dos años en el equipo, pero él mira a Lewis como el austríaco me miraba a mí".

Posteriormente, Alain Prost mantuvo dentro de la misma escudería McLaren una encarnizada batalla con Ayrton Senna en los años 1988 y 1999, en los que cada uno de ellos ganó un título. "Al nivel que hemos llegado, todo radica en la psicología", decía Prost. "Alonso llegó a McLaren y no pensó que Hamilton era tan excepcional. Este año, cuando todos esperamos una lucha tecnológica, ha derivado en una pelea muy humana. Es obvio desde las primeras carreras de la temporada que Hamilton tiene algo especial y Alonso se ha tenido que esforzar al máximo".

"Por encima de todo ello, además está el hecho de que Hamilton es inglés y corre en un equipo inglés. Y si tu eres nuevo en el equipo, es evidente que te crea mayores dificultades. Cuando fichas por un equipo tienes el convencimiento de que te encontrarás bien, que será como tu segunda familia y que te convertirás en el hijo predilecto. De repente, sin embargo, descubres que hay otro hijo, incluso más joven que tu y al que aman más que a ti".

"Ron Dennis trata de jugar limpio, pero el problema es que si Alonso no tiene este sentimiento y piensa que favorecen a Lewis, es difícil que se lo crea y es más que complicado hacerle cambiar de opinión. Entonces, te encuentras en una desventaja psicológica y, a este nivel, supone el 80% del juego".

Al respecto, hay que recordar que Fernando Alonso ha repetido en más de una ocasión que "desde el primer momento no he estado cómodo del todo en este equipo. Estoy con un compañero inglés, en un equipo inglés, que lo está haciendo genial y sabemos que todo el apoyo del equipo y todas las ayudas son para él".

La situación en Mclaren se va calentando por momentos. Y desde luego, si desde fuera se va alimentando la rivalidad, arderá más deprisa de lo que debería… si es que ya no está en llamas. Hamilton y Alonso son una pareja de ensueño, como lo eran en su día Ayrton Senna y Alain Prost, pero lo único que falta para reeditar aquella mítica rivalidad es el equivalente al GP de San Marino de 1989, carrera en la que empezó abiertamente la guerra entre Senna y Prost.

Después de que Ayrton Senna se proclamara campeón en 1988 por delante de su más experimentado y táctico compañero, Alain Prost, en el seno de McLaren se inició la temporada 1989 con un pacto de caballeros: sus dos pilotos no lucharían en las primeras fases de la carrera. En Imola, sin embargo, el brasileño no hizo caso en absoluto de ese pacto y en la segunda salida del gran premio se lanzó a por el francés y le hizo un adelantamiento como el que hubiera hecho a cualquier otro rival. Ayrton Senna ganó esa carrera, y a partir de ahí la guerra empezó, y se podría decir que ya no acabaría nunca porque no se hablaron más.

Los pilotos de McLaren han pasado este año circunstancias difíciles, como en Canadá y Estados Unidos, pero el ambiente explotó por los aires en Hungría, donde Alonso bloqueó a Hamilton en boxes durante la crono y donde el padre del británico denunció la maniobra a los comisarios de la FIA. A partir de entonces es la guerra, una batalla que el pasado domingo en Spa Francorchamps se reprodujo en la salida, cuando Fernando salió airoso de los ataques de Lewis pilotando ambos al límite.