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jueves, 27 de septiembre de 2007

Iniesta y Messi, pequeños gigantes

TORBELLINOS EN EL ATAQUE BLAUGRANA


Desde Rosario y Fuentealbilla apostaron fuerte de muy pequeños por un reto: el Barça. Hoy los dos están en estado de gracia para delirio de la grada

Leo Messi y Andrés Iniesta fueron los hombres más felicitados el día después de la victoria ante el Zaragoza

Leo Messi y Andrés Iniesta fueron los hombres más felicitados el día después de la victoria ante el Zaragoza


Elsa H. Ollé
Hay quien dice que son pequeños por eso de la estatura (un centímetro separa el 1.69 de Leo Messi del 1.70 de Andrés Iniesta), pero la vista, a veces, engaña. Lo cierto es que son gigantes. Así los ven sus rivales en las canchas y también sus compañeros en el vestuario.

Se agotan los elogios, más cuando la pareja da rienda suelta a su talento y arropada por la mejor versión del equipo (el que presiona, el que muerde) comienza a maquinar diabluras para desespero del rival y delirio de una grada que el miércoles acabó con las cuerdas vocales magulladas de tanto corear los nombres de Messi e Iniesta (y también el de Ronaldinho, Bojan, Deco...). Las rodillas izquierdas de ambos (mirar foto) dan fe de que la única manera posible de pararles es a base patadas y más patadas. A la que Messi coge el balón desaparece y ya está rumbo a la portería o dentro de ella. Da igual cuántos jugadores la protejan. Si lo hace Iniesta lo esconde, lo sube, lo baja, lo filtra, lo convierte en el mejor pase o en la asistencia imposible que sólo él sabe transformar con pasmosa facilidad. “Andrés es un jugador impresionante. Hace fácil lo difícil y eso es realmente muy complicado”, le elogia el argentino. “A mi Leo cada vez me sorprende menos. En el equipo ya estamos acostumbrados a ver en cada partido de lo que es capaz”, replica Andrés Iniesta.

Vidas paralelas

Aunque partiendo desde Fuentealbilla (Albacete) y Rosario (Argentina), sus vidas han seguido trayectorias similares. Ambos abandonaron el hogar de muy pequeños y apostaron por dejarlo todo por un reto: el Barça. Se criaron en La Masia y brillaron en las categorías inferiores del Barcelona. “Es verdad que hemos vivido situaciones similares. Es difícil todo lo que los dos hemos pasado para llegar hasta acá. Hemos luchado mucho”, analiza Messi, ese hombre que a su fútbol electrizante y tremendamente veloz ha añadido ahora el gol a granel (suma cinco en ocho días). Tan descarado dentro del campo, como tímido fuera de él, Messi prefiere hablar de Iniesta a que los focos se centren en él. “Iniesta tiene una tremenda facilidad para jugar. ¿Si algún día puede ganar el Balón de Oro? Pienso que sí porque la calidad la tiene. Cosas que son muy difíciles las hace como casi nada”.

“La verdad es que estoy en mi mejor momento desde que estoy en Barcelona”, asegura Andrés, feliz porque “para llegar aquí he tenido que vivir momentos malos y ahora sólo quiero mantener este nivel. Tengo 23 años y mi única mentalidad es superarme a cada partido aunque la principal alegría es ver que el equipo sigue creciendo”. Y ellos dos con él.

Aún emocionado por la ovación que le dedicó el miércoles la parroquia blaugrana –”una cosa así emociona, ilusiona. Te quedan para siempre y lo que quiero es devolver a la grada este respeto”–, Iniesta tampoco ahorró elogios al hombre al que muchos ven ya posando en la cotizada portada de ‘France Football’, la que anuncia el ganador del ‘Balón de Oro’. “¿Si Messi es el mejor jugador del mundo? Seguramente sí. A día de hoy y con la edad que tiene es un fenómeno. Yo si pudiese le daría el Balón de Oro. Se lo merece. Kaká también es un gran jugador, pero es diferente”. Premios al margen, ahora los dos están encantados de la vida. “Uno puede trabajar bien y divertirse”. Y divertir.

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