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jueves, 27 de septiembre de 2007

Messi es una maravilla

EL ARGENTINO LIDERÓ UNA VICTORIA CON UNA NUEVA EXHIBICIÓN DE JUEGO Y GOLES


Messi, superstar

Messi, superstar


Javier Miguel
En el mundo del fútbol hay cracks y cracks. La mayoría destacan por su enorme calidad técnica, pero suelen carecer de unas condiciones físicas que le permitan aguantar muchos años en lo más alto, otros son potentes físicamente, pero les falta una mentalidad ganadora que les lleve en volandas hacia el éxito y por último están los que siempre están arriba, nunca desfallecen, ni tampoco fallan cuando el equipo les necesita. En este apartado se encuentran los escogidos, los más grandes; Leo Messi ha entrado de lleno en ese grupo de elegidos, que convierten en oro todo lo que toca.

Sus números, su juego, su capacidad de desequilibrio en el uno contra uno, su potencia, sus goles, su facilidad en el regate, sus asistencias, su capacidad de recuperación, su agresividad, su verticalidad... Messi es el futbolista total. Un jugador que está llamado a escribir muchas noches mágicas en el Barcelona.

Ayer volvió a rubricar un partido perfecto. En los 82 minutos que estuvo en el campo enseñó a todo el mundo el significado de un ‘crack’ en toda su extensión de la palabra. No sólo revolucionó el partido en apenas diez minutos -marcó dos espectaculares goles- sino que imprimió un ritmo al encuentro que convirtió a los defensas del Zaragoza en meros títeres que se hacían cruces ante el vendaval de juego del argentino.

Y es que Messi hizo y deshizo sobre el terreno de juego. Se multiplicó por todo el campo, dio asistencias de maestro, se entendió a la perfección tanto con Henry, como con Iniesta y especialmente con Deco. El recital de juego del argentino fue de tal magnitud que cada vez que tocaba el balón se empezaba a oír un murmullo de expectación en las gradas.

La explosión de emoción llegó ya en el minuto 4 con una jugada eléctrica de Messi, que tras un pase de Henry, remataba Leo al fondo de la red. Un minuto antes, Messi ya había avisado con un remate ajustado al palo.

Pero Leo tiene hambre, más que hambre, es voraz, insaciable y hasta pantagruélico. Su ambición le llevó a marcar un gol de listo, de saber moverse entre las defensas en un corto espacio. Fue un gol importante porque llegó tras el empate del Zaragoza, que anunciaba un partido de poder a poder.

Pero Messi disipó de un plumazo las ilusiones de los maños. El auténtico líder en el campo -en el vestuario es un chaval tímido que prefiere pasar desapercibido- siguió picando piedra hasta que Riijkaard decidió en el minuto 82 acabar la fiesta sustituyéndole. Entró Bojan, otro que huele a Messi. Tiempo al tiempo.

Gol 300
Ayer Messi no sólo llevó el número 19 sino también arrastró otros números en su haber. Marcó el gol 300 en Liga del Barça en la era Rijkaard -fue el primero de los dos que anotó-, jugó su partido 75 con la camiseta blaugrana y además marcó su tanto 25 en la Liga, que sumados a los seis marcados en otras competiciones, se asienta con un total de 31 goles con el Barcelona con tan sólo 20 años. Números de auténtico crack que va camino de convertirse en el pilar del nuevo Barça y en el referente de este proyecto.

Pichichi
Con los dos goles de ayer ya suma un total de cuatro en cinco partidos, alineándose con otros cuatro jugadores más en la lucha por el ‘Pichichi’. A día de hoy sólo el holandés Sneijder le puede arrebatar esa privilegiada posición, ya que juega hoy contra el Betis. Otros delanteros que están empatados a cuatro goles con el delantero argentino del Barcelona son el sevillista Kanouté y el atlético Agüero, entre otros. No hay duda de que Leo está en un momento en el que cualquier meta es posible.

De 2 en 2
A Messi le gusta meterla a pares. Y no se trata de una frase hecha sino que el jugador argentino lo demuestra con los hechos. Y es que en los últimos cinco partidos que ha marcado lo ha hecho de dos en dos, al menos en el campeonato de Liga. Marcó ante el Sevilla (2) y ayer hizo lo propio frente al Zaragoza(2), pero la temporada pasada en sus tres últimos partidos marcó también a pares. Frente al Atklético de Madrid, después Espanyol y por último el Nàstic de Taagona. Cinco partidos y diez goles. Ahí es nada.

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