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miércoles, 12 de septiembre de 2007

Laporta llegará hasta el final en la guerra contra la FIFA

EL CLUB INTENSIFICA LA PRESIÓN A TRAVÉS DEL G-14 PARA LOGRAR DINERO A CAMBIO...

Joan Laporta

Joan Laporta


Xabi Alonso, sancionado, sí dejó la selección

El caso de Xabi Alonso es el mismo que el de Thierry Henry aunque con un desenlace final diferente. Expulsado en el partido de Islandia y, como consecuencia, baja por sanción en el de ayer, el jugador vasco recibió el permiso del seleccionador para abandonar la concentración y regresar a Liverpool para reincorporarse a los entrenamientos de Rafa Benítez. La decisión de Aragonés es diferente a la de Raymond Domènech, quien no dio permiso a Henry para volver a Barcelona pese a su imposibilidad de jugar ayer contra Escocia. Henry lo vio desde la grada; Alonso, desde su casa.

Laporta está cansado de las injusticias que sufre el Barça y afronta con decisión las posibles soluciones.

Joan Laporta está dispuesto a que la rebelión iniciada contra la FIFA y la UEFA no se quede a medio camino sino que pretende llegar hasta el final de las consecuencias para defender los derechos del Barcelona y, por extensión, la de todos los clubs abastecedores de jugadores a las selecciones. La decisión de la Federación Francesa de Fútbol (FFF) de no permitir la vuelta de Henry fue la gota que colmó el vaso. Ahora, el Barça inicia un trayecto que parece no haber vuelta atrás.

Thierry Henry llamó el domingo a responsables del FC Barcelona para explicar la situación en la que se encontraba. Ante la imposibilidad de jugar el partido de ayer contra Escocia, el internacional quería regresar a Barcelona para incorporarse a los entrenamientos y, en el caso de que fuera necesario, jugar la Copa Catalunya, pero no recibió el permiso de la Federación Francesa pues el seleccionador Domènech consideró necesario retenerle para hacer piña. Henry tuvo que quedarse en París.
El domingo por la mañana, Laporta estalló contra la FIFA y la UEFA. Sus duras manifestaciones fueron consecuencia de llevar tres años negociando para normalizar la situación y no avanzar en ningún sentido. Los únicos progresos dados han sido a través del G-14 pero fueron muy tímidos y no llevan a ningún sitio.
Cansado de esta injusticia, el domingo amenazó con no ceder jugadores a los combinados nacionales. Laporta no es un iluso: sabe que de las consecuencias de una decisión tan contundente. Tiene presente el poder de la UEFA que, como respuesta, podría negar las licencias al Barcelona para disputar la Liga de Campeones, competición que organiza. Así pues, Laporta entiende que todos los pasos deben hacerse dentro de un marco de negociación.

Y en este sentido se centran las reivindicaciones económicas. El presidente azulgrana exige dinero para paliar los problemas que acarrea las convocatorias de las selecciones. En el caso de no lograr ni una compensación económica ni un seguro médico para estos jugadores, Laporta replanteará la creación una Liga de Fútbol profesional Europea, tal y como se ha efectuado en el baloncesto. El Barça entiende que el fútbol no es el baloncesto ni la FIBA tiene el poder de la UEFA y de la FIFA. Sin embargo, emular al baloncesto y crear una propia Champions League dirigida por el G-14 permitiría a los clubs tener el poder de los jugadores y mayor peso en la normativa que rige a los clubs y a los jugadores.

El Barcelona tiene armas para empezar a luchar. El artículo 7 de la FIFA señala que los jugadores pueden tardar, como máximo, 24 horas “para regresar a sus clubes después de una convocatoria y se amplia a 48 horas en el caso de que se dispute en una confederación distinta en la que el club está inscrito”. Si esto ocurre, como el caso de Henry, “se reducirá el plazo de liberación en la siguiente ocasión”. Si fuese amistoso, debería incorporarse a la selección 24 horas antes, si es de clasificación, tres días. Una primera manera para empezar a luchar es la de plantar cara a las selecciones nacionales.

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