LA CONTRACRÓNICA
El brasileño marcó su tercer gol en el campeonato y permitió que el equipo se marchara al menos con un punto de su visita al Nuevo Zorrilla
Ronaldinho superó a Alberto con un disparo cruzado por alto que entró como un obús en la portería del conjunto pucelano
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Jordi Gil
Ronaldinho sólo había completado hasta ayer los 90 minutos de un partido de Liga en el estreno en el ya lejano mes de agosto en El Sardinero. El paso de los partidos le había convertido en un jugador prescindible para Frank Rijkaard en los últimos minutos de los encuentros y, debido a sus problemas físicos y llegadas tardías por los compromisos internacionales, se había perdido cuatro enteros, pero ayer fue muy necesario para sumar un punto en el Nuevo Zorrilla.Su gol al borde del descanso permitió salvar los muebles frente a un entusiasta Valladolid, que corrió, peleó y presionó con la suficiente energía como para tener en jaque en muchos minutos al cuadro blaugrana. Ante la inercia pucelana, la calidad de Ronaldinho se convirtió en la mejor arma para buscar soluciones ofensivas. Sus apariciones y los chispazos de Bojan fueron de las pocas cosas destacables en un partido para olvidar.
‘Ronnie’ mostró una actitud muy mejorada respecto a anteriores compromisos, sobre todo, lejos del Camp Nou. Se atrevió a intentar el uno contra uno y en más de una ocasión se marchó, aunque le faltó ese toque mágico cuando pisaba el área contraria. Empezó escorado en la banda izquierda hasta que pasada la media hora, Rijkaard decidió colocarle en el centro. El cambio no pudo ser más oportuno ya que situado entre los centrales encontró el hueco para poner las tablas en el marcador. Xavi vio su desmarque y Ronaldinho cruzó el balón con potencia al fondo de la red.
El tanto fue muy celebrado por el crack y sus compañeros, todos conscientes de que el ‘Guacho’ necesitaba marcar para apaciguar las críticas. El propio secretario técnico, Txiki Begiristain, comentó al descanso que “este gol le va a venir muy bien” y fue cierto que en la segunda parte se apreció a un jugador con un poco más de confianza. Dos de sus cabalgadas, preferentemente desde la izquierda, trajeron de cabeza a la zaga blanquivioleta. En una su centro no llegó a Messi por poco y en la otra García Calvo llegó antes por los pelos en una acción en la que el jugador protestó un posible penalty.
Ronaldinho asumió su responsabilidad en un día en que Messi estuvo menos activo que en otras ocasiones. El marcaje pegajoso de Marcos le dejó sin pocas opciones por la banda y con la entrada de Giovani dos Santos tampoco estuvo más participativo por el centro. Al brasileño le queda mucho para estar al nivel de aquel jugador que maravilló al Camp Nou, pero se le notó con ganas de echarse al equipo a las espaldas.
A pesar de que el empate pueda saber a poco frente a un rival en zona de descenso y que únicamente ha ganado un partido de Liga esta temporada, el choque puede haber subido la moral de Ronaldinho para darse cuenta de que únicamente no puede ser un buen asistente y lanzador de faltas, sino que también puede marcar las diferencias nuevamente ante la portería contraria.
El de ayer fue su tercer gol esta temporada. Los dos anteriores los había conseguido frente al Athletic en la segunda jornada de Liga. ‘Ronnie’ marcó en aquella ocasión por partida doble con un lanzamiento de un libre directo y con un penalty. Ayer, en cambio, marcó de jugada. Sólo en la pretemporada, frente al Hearts en la gira escocesa, había anotado en una acción que no fuera de estrategia. Fue de cabeza. En Zorrilla lo logró con la derecha y con mucha potencia.
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